DETECTIVES EN LAS GRANJAS

Diario Público, 29 de enero de 2011
Con la información que nos llegó de Alemania sobre la contaminación de dioxinas en más de 4.000 granjas, la pregunta que surge es: ¿nos hacemos todos vegetarianos estrictos? Porque, ciertamente, son muchos ya los casos de presencia de tóxicos en alimentos de origen animal, de pestes que se hacen gripes y de vacas que se quedan chifladas. Yo tengo mi propia respuesta, sencilla, pero que debo argumentarles.
Más allá de las posibles repercusiones sobre nuestra salud derivadas del consumo de alguno de estos productos, cuestión ciertamente importante, lo que estos escándalos alimentarios ponen en evidencia es claramente el todo de un modelo de producción animal con muchos más problemas que ventajas. Y digo un modelo porque me refiero exclusivamente a la forma imperante –muy lejana al buen saber campesino y ganadero– de engordar y criar animales en batería, estresados y aceleradamente; será por eso por lo que se le llama ganadería industrial o intensiva, porque pareciera que fabricamos cerdos o gallinas como si fueran tuercas o furgonetas.
Analizar la contaminación de dioxinas en Alemania nos da muchas pistas. Cojan una lupa, por favor. En primer lugar advertirán que la contaminación de una única fábrica de piensos podría conllevar riesgo sanitario para muchas personas. Es decir, la lupa nos permite visualizar que este sistema de producción ha perdido su autosuficiencia.
Las granjas industriales de cerdos, vacas o gallinas ya no se alimentan con las materias primas de la misma finca o de fincas cercanas, sino que funcionan totalmente desintegradas de la tierra y el territorio donde se instalan. Necesitan –son 100% dependientes– alimentos a modo de pienso que llegan del exterior.
Además, el modelo político neoliberal ha favorecido una gran concentración del poder en este punto de la cadena alimentaria, y son muy pocas las empresas que controlan todo el mercado de piensos para ganadería. Así, una sola partida de piensos en mal estado contamina a millones de animales. Un dato: una única empresa controla casi el 20% del pienso que se produce en España.
Sin autonomía, los costes de cualquier granja dependen de los mercados mundiales de materias primas, y si –como está ocurriendo en estos meses– la especulación con los cereales o leguminosas provoca un alza de precios en la Bolsa de Chicago, los precios de los piensos de las granjas de Extremadura o Castilla se verán afectados. En definitiva, se trata de un modelo que ha hecho desaparecer de nuestros campos a muchas pequeñas ganaderías.
En segundo lugar, dicen las informaciones que una de las hipótesis de la contaminación del pienso en Alemania es el uso de aceites contaminados procedentes de fábricas de biodiésel por un exceso de pesticidas en la soja del que emana este combustible verde. Si ampliamos estos datos con la lupa que tenemos en la mano, observaremos con preocupación qué les dan de comer a los animales que posteriormente serán nuestro alimento: residuos que los automóviles vomitarían (¿recuerdan hace dos años los debates sobre las bondades de estos agrocombusitibles y cómo nos decían que no competirían con la alimentación de las personas? No, no se complementan, lo rico para los coches, los desechos para las personas) llegados de monocultivos de soja de América del Sur. Son las mismas cosechas de las que se han apropiado oligarquías, terratenientes y grandes corporaciones, expulsando del campo argentino, boliviano, uruguayo, paraguayo… a millones de pequeñas y pequeños campesinos que hoy duermen bajo techos de cartón en las villas miserias.
Los que se quedaron en el campo denuncian constantemente cómo el uso excesivo de pesticidas envenena sus aguas, sus tierras y sus vísceras. Sí –han acertado–, los mismos pesticidas sospechosos del biodiésel.
Vamos, que en uno de los platos de la balanza de la ganadería industrial pueden sumar pobreza en el medio rural, riesgos sanitarios y destrucción del medio ambiente y, en el otro, su capacidad de producir muchos alimentos (o pseudoalimentos).
Sin embargo, tenemos otra forma de producir alimentos de origen animal: la ganadería a pequeña escala extensiva y trashumante, que –en comparación– aporta muchos más beneficios. Comporta un manejo mucho más respetuoso con los animales; genera productos alimenticios de gran calidad; permite aprovechar y mantener ecosistemas de enorme valor ecológico y ambiental, como las dehesas y los pastos de montaña, al igual que aprovecha enormes superficies no aptas para la agricultura; contribuye de manera eficaz a incrementar la materia orgánica y a conservar la cubierta vegetal de los suelos más pobres; contribuye a amortiguar el cambio climático; es un arma eficaz para el control de la proliferación arbustiva y la prevención de incendios; y –fundamental– se convierte en una actividad sostenible que permite a la población en el medio rural involucrarse directa o indirectamente en otros sectores económicos como pequeñas industrias de transformación de alimentos, hostelería o del mantenimiento de los paisajes.
En suma (y esta es mi respuesta al interrogante inicial): hay que poner límites a una ganadería intensiva con la que sólo ganan las grandes corporaciones de la alimentación”.
Gustavo Duch es editor de la revista ‘Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas’

Gustavo Duch Guillot

PALABRE-ANDO: http://gustavoduch.wordpress.com

LO QUE HAY QUE TRAGAR: http://loquehayquetragar.wordpress.com/

Cárteles alimentarios anglosajones

Las causales de la hiperinflación alimentaria son múltiples, pero su meganegocio es el mismo como es idéntica la filiación de sus cárteles oligopólicos, en su aplastantemente mayoría anglosajones (mínimamente mezclados con sus aliados holandeses, suizos y franceses).
Un abordaje simplón se centrará actualmente en las “causas” de una mayor demanda proveniente de China e India que ha superado la oferta debido al “cambio climático” (la madre de todas las coartadas) y las sequías de la pampa argentina, los incendios de bosque en Rusia y las inundaciones de Australia, para citar los más aparatosos.
Otra “causa” iatrogénica (provocada “accidentalmente” y/o “colateralmente” por los humanos) es la conversión demencial de 40 por ciento del maíz por Estados Unidos –principal productor y exportador global– al bioetanol, locura a la que se trepó el Congreso mexicano, y la especulación financierista de los itamitas del gobierno calderonista, quienes pretenden haber “blindado” la tortilla (cuando han contribuido a su alza especulativa desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte hasta la compra de sus “derivados financieros”).
Otro factor determinante de la hiperinflación alimentaria, al unísono del alza de las materias primas en general, ha sido la “facilitación cuantitativa” del gobernador de la Reserva Federal, Ben Shalom Bernanke, una sicótica y masiva impresión de papel para intentar salvar a la banca israelí-anglosajona de su insolvencia.
Sea la causal que fuere y guste, la inmutable especulación financierista, como buitres en espera de su carroña, ha sacado jugosas ganancias “apalancadas”, cuando el volumen de “futuros” en las materias primas alimentarias se incrementó 23 por ciento en 2010 en la bolsa agroalimentaria de Chicago Mercantile Exchange.
En una interpelación pública al Congreso de Estados Unidos, Joel Newman, director ejecutivo de la American Feed Industry Association, fustigó a los “bancos de Wall Street” de causar la ruina alimentaria mediante su especulación.
En mis comentarios desde 2008 (La Jornada, Bajo la Lupa; 16, 23 y 27 de abril de 2008; 4 de agosto de 2008; 4 de agosto de 2010; 8 de octubre de 2010; 16 y 19 de enero de 2011) –que van desde la hipótesis de “la guerra alimentaria” de la dupla anglosajona de Estados Unidos y Gran Bretaña contra China e India, y explayan la especulación alimentaria fomentada por Goldman Sachs–, había señalado que la trasnacional alimentara Cargill, que exporta 25 por ciento de granos de Estados Unidos, opera con una importante rama financiera para “riesgos” en los mercados de futuros y cuenta con su propia firma de un hedge funds (“fondo de cobertura de riesgos”): Black River Asset Management, con activos por 10 mil millones de dólares.
En 2008, su alza sin precedentes había desencadenado revueltas en 30 países, en su mayoría aquellos en “vías de desarrollo”, ya que los “desarrollados” países anglosajones alardean encontrarse inmunes a su hiperinflación, debido a que su alimentación proviene de los “alimentos procesados”, por lo que solamente gastan 13 por ciento de sus ingresos en alimentos frente a los “subdesarrollados”, que procuran más del 50 por ciento en alimentos “no procesados”. Pero tal ha sido la constante en la disparidad alimentaria global y esto no es nada novedoso.
Lo novedoso consiste en que a inicios de 2011, países supuestamente “apacibles” y aliados de Estados Unidos y Francia, como Túnez, han sido derrocados por la “revolución del jazmín”, debido al desempleo universitario y a la hiperinflación alimentaria sumada del alza del petróleo.
La gráfica mensual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (para enero) de su Índice de Precios Alimentarios exhibe un alza descomunal e ininterrumpidamente ascendente durante seis meses consecutivos, jamás alcanzada (un pico de 215 puntos: casi el doble de la puntuación de 2006) para el total de 55 materias primas alimentarias, entre quienes destacan maíz, trigo, azúcar, carne y aceite vegetal.
La trasnacional estadunidense Cargill –no olvidar que acapara el 25 por ciento de las exportaciones de granos de Estados Unidos y el 22 por ciento del mercado doméstico de carne, además de que abastece todos los huevos de los restaurantes McDonald’s en Estados Unidos y es el mayor productor de pollos en Tailandia– representa una empresa familiar, con un historial impresionante de 140 años, que no cotiza en la Bolsa de Valores.
En caso de cotizar, Cargill se encontraría entre las primeras trasnacionales de la clasificación de la revista Fortune 500.
Para el año fiscal 2009, Cargill obtuvo ingresos por 116 mil 600 millones de dólares (que la coloca en el primer lugar global en el rubro de los “alimentos”; y eso que no cotiza en la Bolsa) y cuenta con 160 mil empleados en 67 países (incluido México). Desde luego que no entraremos a la perturbadora discusión sobre sus abusos ambientales y en derechos humanos.
En forma interesante, Mosaic, Co, una subsidiaria de fertilizantes de Cargill, de la que posee las tres terceras partes de sus acciones, sí cotiza en la Bolsa (ingresos por 6 mil 700 millones de dólares en 2010) y es la principal productora de fosfato y la segunda de potasa en el mundo: ¡un oligopolio de fertilizantes dentro del oligopolio de los granos!
Otra trasnacional estadunidense –por cierto, fuertemente subsidiada por el gobierno de Estados Unidos, cuyos funcionarios y políticos han sido lubricados generosamente por sus cabilderos–, Archer Daniels Midland Company (ADM), opera los cereales y los aceites con poco miramiento al daño ambiental y cuenta con 270 plantas en el mundo con ingresos en 2009 por 69 mil 200 millones de dólares. Saturada con líos legales, ADM fue condenada por la “fijación del precio” de la lisina (cuyas hazañas fueron llevadas al cine).
El pulpo Kraft Foods, Inc, representa la mayor trasnacional de dulces, bebidas y alimentos en Estados Unidos, con más de 40 marcas en 155 países (Cadbury, Maxwell House, Nabisco, Oreo, Oscar Meyer, etcétera). Obtuvo ingresos por 40 mil 400 millones de dólares en 2009.
La anglo-holandesa Unilever, con 163 mil empleados mundialmente, obtuvo 57 mil 74 millones de dólares en 2009. Su característica es que posee más de 400 marcas, 13 de las cuales pertenecen a las “marcas multimillonarias” con ingresos mayores a 1 mil millones de dólares cada una (la más conocida es el té Lipton). En realidad, 25 del total de sus marcas constituyen el 70 por ciento de sus ventas.
Bunge Limited, extrañamente una trasnacional del paraíso fiscal británico de Las Bermudas y con sede convencional en White Plains (Estados Unidos), obtuvo ingresos por 41 mil 926 millones de dólares en 2009 y cuenta con 25 mil 945 empleados mundialmente. Es el mayor exportador de soya del mundo y tiene intereses en el mercado de alimentos procesados, así como en los granos y los fertilizantes.
La estadunidense Monsanto, con ingresos por 11 mil 740 millones en 2009, es considerada una de las trasnacionales más malignas y con una carga de juicios y protestas en los cuatro rincones del planeta. Monsanto dio el salto cuántico a la biotecnología para convertirse en líder de los polémicos alimentos genéticamente modificados (acapara el 90 por ciento) y con la “hormona bovina del crecimiento”. Detrás de la polémica Monsanto, la empresa estadunidense Pioneer Hi-Bred se ha posicionado en fechas recientes en el mundo de los alimentos genéticamente modificados.
Un grave error de juicio consiste en pretender aislar los ingresos colosales de las poderosas empresas trasnacionales de químicos y fertilizantes que han incursionado tangencialmente (y/o como integración horizontal y vertical) en el muy lucrativo negocio de los alimentos, como Dupont, BASF, Yara, JBS, etcétera.
Tampoco se debe dejar fuera del inventario a las poderosas procesadoras de todo tipo de carne roja, como las estadunidenses Smithfield Foods y Tyson Foods, con ingresos respectivamente de 14 mil 264 millones de dólares y 26 mil 700 millones de dólares en 2009, y puestas en la picota, como todo la industria carnívora (en el doble sentido de la palabra), en el célebre documental galardonado Food, Inc (puede descargarse gratuitamente por internet).
Un caso sui géneris lo constituye el diversificado conglomerado francés Louis Dreyfus Group, con intereses muy variados –desde la agricultura, pasando por los energéticos, hasta los bienes raíces– y presencia en 53 países, 35 mil empleados e ingresos por 20 mil millones de dólares.
No podemos despedirnos sin mencionar a la trasnacional suiza Nestlé (lugar 44 de la primeras 500 globales de la revista Fortune y la primera “cotizable” de todo género de alimentos sin procesar y procesables) que merece una enciclopedia especial: opera en 86 países del mundo, emplea a 283 mil personas y obtuvo unos azorantes ingresos por casi 100 mil millones de dólares en 2009.
Una de las filiales fiscales “latinoamericanas” de Nestlé fue vergonzosamente atrapada en el contrabando de “polvo blanco” en Guatemala, que no era precisamente leche en polvo de la marca Nido, y en el que no viene al caso insistir.
La clasificación de la revista Fortune 500 subdivide el negocio de los alimentos en varios rubros, que representan un supernegocio: tiendas de fármacos y alimentos, productos alimenticios de consumo, producción de alimentos y servicios de alimentos.
Como se quiera ver o clasificar, los “alimentos” –por su producción, procesamiento, servicios y consumo– son una verdadera mina de oro y representan uno de los principales meganegocios del planeta, en el que nadie alcanza a la estadunidense Cargill en el mercado de los granos, sin necesidad de cotizar en la Bolsa, ni a la suiza Nestlé en el rubro de los alimentos procesados, cuando los dos solos capturan ingresos por más de 200 mil millones de dólares al año.
Lo peor radica en su uso con fines geopolíticos –nuestra hipótesis de “guerra alimentaria”– para dominar a los pueblos y países de la Tierra que ostenta más de 1 mil millones de hambrientos.
A esta barbarie globalizada controlada por el pernicioso oligopolio de los cárteles anglosajones, todavía existen quienes se atreven a tildarla de “civilización neoliberal”.
*Catedrático de geopolítca y negocios internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México
*Catedrático de geopolítca y negocios internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México
http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2011/01/30/el-meganegocio-de-los-carteles-alimentarios-anglosajones/

Grandes Cadenas de Distribución: NO GRACIAS!

De todos los eslabones en que se basa la cadena agroalimentaria, resulta especialmente preocupante el creciente poder y condicionamiento que ejercen las grandes empresas de distribución alimentaria (GDA) sobre toda ella, especialmente sobre los productores y los consumidores.
 
Se hace cada vez más evidente que la defensa del paradigma de la Soberanía Alimentaria, de un mundo rural vivo, de unas producciones sostenibles, de una relaciones comerciales más justas y equitativas y de una estrategia clara y consistente de lucha contra el hambre y la pobreza, pasa por cuestionar el papel de estos agentes económicos.
 
De esta preocupación y del trabajo que están llevando a cabo distintas organizaciones que defendemos los modelos basados en Soberanía Alimentaria, nace la necesidad de denunciar y cambiar esta situación.
 
MANIFIESTO DE LA CAMPAÑA:
 
 

Manifiesto contra el sello FLO de Comercio Justo

Ante la propuesta de crear una iniciativa nacional para impulsar el sello FAIRTRADE LABELLING ORGANISATION INTERNATIONAL (FLOINTERNATIONAL), los abajo firmantes declaramos:
1.- Los esfuerzos de las Organizaciones de Comercio Justo por importar, distribuir y comercializar productos de organizaciones populares del sur son sólo una parte de la lucha por cambiar las injustas estructuras del comercio internacional en donde unas pocas empresas transnacionales (que dominan por un lado los organismos multilaterales como el FMI, el Banco Mundial y la OMC, y por otro las políticas agrarias y comerciales de los principales gobiernos) están impulsando un modelo agrícola, comercial y de consumo injusto e insostenible.
2.- El movimiento de Comercio Justo debe denunciar a los organismos que están llevando a la ruina a millones de agricultores en todo el mundo.
Denunciamos que organismos como el Banco Mundial, la administración norteamericana mediante su programa USAID y la misma Asociación Nacional de Café de los Estados Unidos, apoyan la certificación de café de “ Comercio Justo” al mismo tiempo que están impidiendo un nuevo acuerdo del café que garantice unos precios internacionales mínimos para parar la caída libre de los precios del café.
3.- El movimiento de Comercio Justo debe denunciar también a las grandes multinacionales transformadoras, las grandes empresas distribuidoras y a las grandes cadenas de comida, que están llevando a la ruina a los pequeños agricultores de todo el mundo.
Por ello no compartimos y nos enfrentamos al planteamiento de sellos de comercio justo que, como FLO- Internacional, sólo se centran en las condiciones de los productores del sur y aceptan que su café se venda en establecimientos como Mcdonald’s (como es el caso en Suiza) y sea distribuido por grandes multinacionales como Procter&Gamble cuyo negocio se ha hecho y sigue basándose en la compra de café a precios de miseria.
4.- La visión del Comercio Justo centrada exclusivamente en las condiciones de los productores del sur desprecia el trabajo de los otros actores que intervienen en la cadena comercial: exportadores, importadores, transportistas, transformadores, distribuidores, poderes públicos, organizaciones sindicales....
Decir que un producto es de comercio justo sólo por las condiciones de compra al productor, prescindiendo del resto de la cadena nos parece una simplificación que, reduciendo el comercio justo a una pura transferencia de recursos hacia el sur, permite que sea cooptado por multinacionales y organizaciones como el FMI y el BM, que precisamente son los enemigos de un Comercio Justo. Creemos que hay que exigir justicia (+ denis: justicia laboral, medio ambiental…) para todos los trabajadores y trabajadoras implicados en la totalidad de la cadena que siguen los productos, tanto en el norte como en el sur.
5.- El sello tipo FLO centra su certificación en la condición del sobreprecio. Sin embargo, es una certificación que sólo se puede llevar adelante si se consiguen suficientes compradores dispuestos a pagar este sobreprecio y entonces excluye a la mayoría de productores que estarían interesados en obtener la certificación: un café producido por organizaciones que tienen una práctica acorde con los planteamientos del comercio justo puede no estar vendido (con sobreprecio) en los circuitos de comercio justo ya que estos no tienen una clientela tan grande como para venderlo. Al presentarse como quien certifica los “estándares internacionales del Comercio Justo” está perjudicando gravemente a productores del sur que no puede avalar, además de falsear la realidad a los consumidores del norte que pueden pensar que quien no tiene el sello no cumple alguno de dichos “estándares internacionales”.
Además, en la actualidad sólo algunos de los productores de las materias primas más demandadas por la agroindustria (café, azucar, cacao, plátanos) son los que pueden conseguir el sello FLO..
6.- Hay quien piensa que el hecho de que el comercio justo impulsara un sello tipo FLO en el Estado Español impediría que las mismas multinacionales saquen su propio sello.
El caso de Starbucks desmienta eso: esta compañía comercializa en sus establecimientos en el Estado Español los productos “ Starbucks de Comercio Justo” certificados en Estados Unidos. En las grandes cadenas de distribución francesas, la aparición de productos de las propias cadenas (Auchan, Carrefour, Intermarché,...) con sello FLO, ha ido parejo a la aparición, en la mismas estanterías, de productos de la empresa CEMOT con un sello "BIO- Equitable” creado por ellos mismos. ¿Cómo explicar al consumidor que si Intermarché o Carrefour pueden tener productos de Comercio Justo con el sello FLO, la empresa CEMOT no puede tener sus productos denominados también “bio - justos”? La confusión es total. El Comercio Justo se ha transformado en una nueva forma de marketing para las empresas.
7.- Los partidarios del sello FLO argumentan que con él se conseguirá una amplia difusión de los productos y del Comercio Justo, fundamentalmente a través de las Grandes Superficies. Sin embargo, ¿qué tipo de conocimiento sobre el Comercio Justo crearán las grandes superficies? Seguro que no hablarán de sus responsabilidades y las de sus principales proveedores en la ruina de millones de agricultores. Además, las simplificaciones del mensaje y el marketing consumista tampoco son coherentes con la potenciación de un consumo responsable e informado. No es éste el tipo de sensibilización que buscamos las organizaciones de CJ que firmamos este documento. Por otra parte, el comercio justo nació y creció hasta las cuotas que ahora tiene gracias a los pequeño grupos y tiendas y es en este momento, cuando comercialmente puede interesar, que las multinacionales se quieren alzar como abanderadas de esta causa prometiéndonos que gracias a ellas el comercio justo se va a difundir más. Eso es aprovecharse primero y despreciar después el trabajo de titanes de todos esos pequeños colectivos.
8.- En la sociedad del 2004 un Comercio Justo no puede existir. Es un objetivo al que tender, una meta de una lucha. Una organización de
Comercio Justo lo único que puede garantizar, mediante una transparencia total de todo el proceso comercial, es que ha conseguido el máximo de equidad posible en un mercado fuertemente condicionado por la desigualdad.
Porqué pagar un precio justo quiere decir pagar hoy a 125 céntimos la libra de café, hace 10 años a 160 y mañana a 132? El llamado “precio justo” consiste simplemente en pagar un plus por encima del precio que haya en el mercado mundial marcando un mínimo cuando el precio cae pronunciadamente. El precio así construido es, simplemente, lo que pueden aceptar los consumidores y consumidoras para pagar de más. Pensar que por pagar algo más un precio se convierte en justo es un mito. Aceptando como base el llamado precio mundial se están aceptando los mecanismos- claramente selectivos- que llevan a establecer dicho precio, y por tanto favorecen a las cooperativas más competitivas desde el punto de vista del mercado, que no tienen porqué coincidir con las más interesantes desde un punto de vista de comercio alternativo.
9.- No obstante, y ante la proliferación de empresas que se autoproclaman de Comercio Justo y/o tienen productos que dicen que son de Comercio Justo, vemos positivo que las diferentes redes de relaciones entre las organizaciones de Comercio justo vayan creando sistemas de auto - verificación colectiva reforzando la trasparencia de nuestro movimiento. Apoyamos la creación de un sello que garantice que una organización pertenece al movimiento de Comercio Justo. Este es el caso del sello creado para las organizaciones de IFAT (Asociación Internacional de
Organizaciones de Comercio Justo) que se sitúa en esta línea de auto gestión del propio movimiento de Comercio Justo.
10.- Por todas estas razones nos oponemos y no participaremos en la creación de una iniciativa nacional para impulsar en el Estado español el sello FLO. El apoyo a la iniciativa de sello FLO por parte de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, en la que sólo obtuvo el apoyo del 50% de los votos presentes, es un intento de hacer aparecer a FLO apoyado por el movimiento, cuando sólo es apoyado por una parte. Desgraciadamente, para crear esta falsa imagen, se ha vulnerado el principio del consenso que a nuestro entender debería presidir el funcionamiento en las instancias unitarias.

Asturias, Marzo 2005

1. A cova da terra, Tienda de comercio justo y consumo responsable, Lugo,
Galicia
2. Acsur - Las Segovias, ONG de sensibilización y cooperación al desarrollo,
Asturies.
3. Afoca, Punto de Comercio Justo, Barcelona, Catalunya
4. Apassos, Tienda de comercio justo, Santa Coloma de Gramanet, Catalunya
5. Aqueni, Cooperativa de segundo grado para la intercooperación y el
consumo responsable, Barcelona, Catalunya
6. Aram Món Alternatiu, Tienda de comercio justo, Vilafranca del Penedes,
Catalunya
7. Colectivo de Apoyo a la Rebelión Zapatista, Importador de café zapatista,
Barcelona, Catalunya.
8. Consumo Respeto, Asociación de comercio justo y Consumo Responsable,
Daimiel, Castilla la Mancha
9. Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, Coordinadora de organizaciones
ecologistas, Asturies
10. Cosal, Comité de solidaridad con América Latina, Asturies.
11. Delaterra, Tienda de productos ecológicos y de comercio justo, Catalunya
12. DiDeSUR, Tienda de Comercio Justo , Azuqueca de Henares, Castilla la
Mancha.
13. Elkartruke, Distribuidor, Andoain, Euskal Herria
14. Emaús Fundación Social, 3 tiendas con sede en Donosti/San Sebastián,
Euskal Herria
15. Espanica, Cooperativa hispano - nicaragüense de comercio justo sin animo
de lucro, Madrid, Madrid.
16. Grupo de Consumo Cambalache, Grupo autogestionario de consumo
agroecológico, Uvieu, Asturies
17. Jayma, Tienda de comercio justo, Tomelloso, Castilla la Mancha.
18. La Aldea del Sur, Distribuidores de productos ecológicos y de comercio
justo, Madrid, Madrid
19. La Ceiba, Cooperativa de Consumidores de Comercio Justo, Madrid, Madrid
20. L'arcu la vieya, Tienda de comercio justo, Uvieu, Asturies
21. La Llauna, Cooperativa de consumo responsable, Sta Coloma de Cervelló,
Catalunya.
22. L'ecoespai de Rusafa, Tienda de productos ecológicos y comercio justo,
Valencia, País Valencia
23. Lo Cacau, Tienda de comercio justo, Lleida, Catalunya
24. Minga, Red francesa por el desarrollo económico de un verdadero comercio
justo, Francia.
25. Mó de Vida, Cooperativa de Comércio Justo, Almada, Portugal
26. Mon Verd, Cooperativa distribuidora de productos ecológicos, Barcelona,
Catalunya
27. Pachamama, Tienda de comercio justo, Ciudad Real, Castilla la Mancha
28. Panxea, Tienda de comercio justo, Santiago de Compostela, Galicia
29. Picu Rabicu, Tienda de comercio justo y consumo responsable, Xixón,
Asturies
30. Red de Comercio Justo y Consumo responsable de Castilla la Mancha,
Castilla la Mancha.
31. Sodepau, Tienda de comercio justo, Barcelona, Catalunya
32. Sodepau P.V. , O.N.G / Tienda de comercio justo, Valencia, País Valencia
33. Sodepaz, Importadores y distribuidores de comercio justo
34. Sodepaz Balamil, organización y tienda de comercio justo, Valladolid,
Castilla León
35. Soldepaz-Pachakuti, Asociación de desarrollo y cooperación Internacional,
Asturies.
36. Tota Cuca Viu, Cooperativa de consumo responsable, Barcelona, Catalunya
37. Trevol-SMS, empresa social distribuidora de bienes y servicios de mercado
social, Barcelona, Catalunya
38. Utopia, Tienda de Comercio Justo, Alcobendas, Madrid.
39. Userda 9, Cooperativa de consumo responsable, Barcelona, Catalunya
40. Xarxa de Consum Solidari, Importadores y distribuidores de comercio justo,
Tienda de comercio justo y consumo responsable, Barcelona, Catalunya

El "cacao" de Nestlé en África

ESTE ARTÍCULO HACE REFERENCIA A LA SITUACIÓN DE LOS NIÑOS AFRICANOS ESCLAVIZADOS Y EXPLOTADOS POR LAS TRANSNACIONALES DEL CACAO. HACE TAMBIÉN REFERENCIA A UN COMERCIO JUSTO BAJO UNA CERTIFICACIÓN CONCRETA LA CUAL CRITICAMOS Y CONSIDERAMOS CONTRARIA AL COMERCIO JUSTO, POR LO QUE EN PRÓXIMAS INSERCIONES TRATAREMOS DE ARGUMENTARLO Y DEJAR PATENTE LA CARA OCULTA DE LA CERTIFICACIÓN FLO. DE MOMENTO, ESTE ARTÍCULO ES MUY VALIOSO PARA FORTALECER LA CAMPAÑA CONTRA NESTLÉ

¿Sabías que más de la mitad del cacao que consumes procede de África? ¿Sabías que allí hay plantaciones donde trabajan todavía casi 300.000 niños subyugados por la influencia de las multinacionales y fuera del comercio justo? Probablemente lo hayas oído alguna vez con cierta incredulidad.  Hoy te voy a contar el pasado y el presente de esta iniquidad. De como algunas compañías como Nestlé han demorado y diferido su gran responsabilidad en los acuerdos establecidos para solucionar, de raíz, el problema de esclavitud en estas plantaciones.

cocoa_gal_01Los gemelos Hassan y Hussein, de ocho años; abren las vainas de cacao en una aldea de Costa de Marfil. Fuente
.
El Theobroma cacao“, árbol del cacao o “Alimento de los Dioses” es una planta nativa de América del Sur que es ‘criolla’ en el continente americano y ‘forastera’ en el africano. Esta última variedad, por sus componentes taninos y mejor precio, se ha convertido en la familia más solicitada para la industria alimenticia occidental. Transformando a Costa de Marfil 38%, Ghana 19%, Nigeria 5% y Camerún 5% en los principales productores mundiales de cacao.
Históricamente el descontrol y anarquía de las plantaciones en áfrica occidental ha hecho imposible el registro de la calidad laboral en las producciones destinadas a occidente. La esclavitud y métodos de siglos pasados han chocado con las leyes y necesidades imperiosas del mercado europeo y americano. Durante décadas se ha aprovechado el vacío legal para llevarse una plusvalía en la diferencia de precios y costos del producto y mano de obra entre ambos continentes; provocando la asfixia de productores locales en beneficio de las grandes corporaciones. Con la llegada de la cultura de “Comercio Justo” o “Fair Trade” y la nueva conciencia global parecía que esto iba a cambiar.

En toda Costa de Marfíl, en África; cientos de miles de niños trabajan esclavizados en las plantaciones de cacao. Los cultivos son de muy difícil acceso y están fuera del control y el censo internacional. Los productores ‘tiran’ de esta mano de obra barata ante la asfixia del precio convenido con sus intermediarios, directamente vinculados a las multinacionales. El precio que reciben los aldeanos no se ha modificado en 40 años mientras que en el mercado internacional ha subido -según algunas fuentes- hasta un 300% sólo en los últimos 10 años [fuente "Bitter Sweet" (Dulce amargo) documental de la BBC]
En el años 2000 informes de la administración norteamericana hablaban de más de 15.000 niños de entre 9 y 12 años vendidos como esclavos en las plantaciones de algodón, café y cacao de Costa de Marfil. Informes posteriores de la Organización Internacional del Trabajo (ILO) confirmaban el tráfico de niños entre productores africanos.

cocoa

Los niños trabajan hasta 12 horas, utilizan herramientas peligrosas y están expuestos a pesticidas. Fuente
.
El subterfugio de Nestlé, amparado por la libertad de comercio y de formulación de sus productos, ha sido -históricamente- comprar chocolate en aquellos mercados internacionales donde se mezcla con otras variedades perdiendo entonces su identidad como producto “hecho por esclavos” y haciendo imposible su catalogación y procedencia exacta. Conforme crecía la empresa y su monopolio en el sector, sus brutales necesidades de materia prima hicieron imposible la selección de productos más controlados y, por tanto, más caros en mercados de calidad. ¿Para qué molestarse pudiendo comprar bueno, bonito y barato? Además, la (no) ley internacional por un comercio justo ha avalado con sus carencias estas prácticas.
En septiembre de 2001, demostrado el mal hecho durante tanto tiempo con el cacao africano, las principales multinacionales y explotadoras del cacao de África occidental se vieron obligadas a firmar por la presión de la opinión pública y la insistencia de los jueces estadounidenses Tom Harkin y Ellot Engel, un acuerdo internacional o “Protocolo del Cacao” para hacer frente a las peores formas de trabajo infantil y trabajo forzado de adultos, en las plantaciones de cacao en África Occidental. Parecía que todo iba a cambiar y Nestlé y otras muchas compañías firmaron el acuerdo que les trajo múltiples beneficios traducidos en  subvenciones y lavados de imagen. Todos contentos.
El protocolo estipulaba que en el 2005 todos los mercados deberían estar regularizados y desarrollar las normas de certificación y etiquetado en todos sus chocolates. Evidentemente muy pocos, por no decir ninguno, cumplieron los plazos y menos los grandes imperios del ‘oro marrón’ y sus derivados. La mayoría pidió una prorroga de cuatro años para confirmar los compromisos. Los resultados en 2008 no fueron los deseados.

cocoa_childNiños trabajando la semilla del cacao en algún lugar de Costa de Marfil. Fuente 1 y 2
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Poco después, el periodista holandés Tony van der Keuken, levantó ampollas con un impresionante reportaje (ver vídeo arriba) sobre el ‘trapicheo’ de Nestlé y otras compañías con el cacao de Costa de Marfil. Lo que demostraba que los pactos adquiridos eran tan efímeros como una onza de chocolate en manos de un niño. El propio Tony, atendiendo a la legislación vigente en su país, se denunció a sí mismo por comer 16 tabletas de chocolate producido con cacao de mano esclava. Las autoridades estuvieron a punto de llevarle a juicio. También creó una compañía que distribuía tabletas de cacao certificadas y procedentes de comercios controlados. La respuesta a la campaña orquestada por Tony de un directivo de la multinacional Nestlé fue:
“Está bien, llamadlo esclavitud; pero todos sabemos que seguirán siendo pobres de todas formas”
Durante el ruego de excusas esgrimidas por las grandes corporaciones ante la justicia americana para disculparse por el incumplimiento de los acuerdos, Nestlé se descolgó con la infamia de que era imposible monitorizar la producción de cacao en plena guerra civil en  Costa de Marfil , mientras seguía facturando con su complejo entramado de espías y mercaderes de precios injustos la producción de cacao esclavo.
A pesar de todo ello, Nestlé ha trabajado y destinado muchos recursos, intentando acabar con el problema -más desde un punto de vista mediático que efectivo-  suscribiéndose siempre a todas y cada unas de las organizaciones que promueven el comercio justo del cacao. Y con un pequeño goteo de inversiones mediáticas y teledirigidas a ablandar la mellada opinión pública. Los esfuerzos de otras compañías por garantizar el etiquetado “free-slavery” demuestran que es posible certificar la procedencia ‘limpia’ del cacao dentro de sus marcas. Así mientras empresas como la multinacional inglesa Cadbury, se están empezando a adherir al “Comercio justo” en sus marcas originales. Nestlé tira balones fuera creando un único producto (entre más de 8.500, y no es chocolate)  que sí se suma a la iniciativa del ‘Fair trade‘ pero no se sabe por qué no lo hace con sus marcas más tradicionales ¿Tendrían que cambiar las formulaciones de sus productos para adaptarse a los cacaos limpios? La impresión es que después de varios lustros de comercio más-que-injusto han creado una dependencia del cacao esclavo y sus pingües beneficios difícil de contrarrestar hoy en día.
Según el irónico código de conducta empresarial de Nestlé“[...] la integridad, la honestidad, el trato justo y el pleno cumplimiento de todas las leyes aplicables han guiado las prácticas comerciales de Nestlé [..]“. Entonces:
¿Por que es tan difícil cumplir los compromisos firmados al mismo tiempo que otras empresas que con menor tamaño son capaces de sacrificar sus  beneficios en virtud del acuerdo? ¿Por qué Nestle es una de las multinacionales con más acusaciones públicas y denuncias contra la salud pública y el medio ambiente  de la historia reciente?
No hay más preguntas

Más información: http://www.youtube.com/watch?v=5VgkVYhFqDc

¿De qué mono desciende el hombre?

Galicia Hoxe, 19 de enero de 2011. Gustavo Duch
Les presento mi último trabajo de “Etología Comparada Periodística” que, como verán, aporta nuevos datos para descifrar la historia evolutiva de la especie humana. De etología, porque analiza el comportamiento de algunos seres vivos; comparada, porque aunque siempre me han dicho que comparar es de mala educación, un poco de desobediencia nos vendrá bien; y periodística porque los experimentos en cuestión los he realizado cómodamente sentado frente a los periódicos y noticias me llegan.
Experiencia uno. Se disponen tres habitáculos interconectados. En el espacio central se coloca una cesta llena de frutas, una de las habitaciones se deja completamente vacía y a la del extremo opuesto se lleva un chimpancé común con un hambre muy hambrienta. Se hace entrar a la habitación central otro hambriento simio. El resultado que se observa, después de un molesto intercambio de gruñidos entre chimpancés, es que el segundo toma la cesta de alimentos y se encierra- a cal y canto-en la habitación vacía Y se lo come todo.
Experiencia dos. Se dispone todo idénticamente, pero en la habitación sin comida se instala  a un chimpancé pigmeo o bonobo muertito de hambre.  Y se  hace entrar a un bonobo famélico donde la cesta de frutas. Lo que ocurre es que el segundo bonobo toma la cesta de alimentos, la lleva al cuarto de su colega, y después de unos mimos y cariños, comparten mesa y alimentos. Con la barriga llena, retoman juegos y caricias.
Experiencia tres: Se dispone de un océano inmenso rico en pesca. En un extremo hay una población empobrecida y con muy poco que llevarse a la boca. En el otro extremo una población con modernos buques de pesca. Las condiciones políticas permiten sólo a estos segundos disponer del Océano a sus anchas. ¿Qué ocurre cuando se abre la veda? Que estos barcos lo pescan todo y que –por si los piratas- se dotan con los mejores sistemas de defensa. La última novedad es el desarrollo de cañones láser de largo alcance para «cegar al enemigo».
 
Con estos tres experimentos, las conclusiones son obvias: El chimpancé es una especie que, por mucha hambre que tenga, mayor es su mezquindad. Que los pocos bonobos que aún viven en matriarcados en las selvas del Congo, saben de altruismo y del buen vivir. Y que el ser humano desciende del chimpancé.

Nestlé: apropiación privada de agua del volcán Iztaccíhuatl, México.


En el volcán la Iztaccíhuatl, el consorcio trasnacional Nestlé –Nestlé Waters– se apropió de manantiales propiedad de la nación para el rentable negocio de la venta de agua embotellada, al tiempo que en el mismo espacio campesinos de las comunidades y ejidos del municipio poblano de Tlahuapan tienen restringido el aprovechamiento de agua para consumo humano y es vedado su uso para la producción agrícola.
Lo más sobresaliente es que la multinacional comercializa el “agua natural de manantial”extraída de mantos acuíferos en una zona en veda, para un negocio del que se desconoce el volumen real del líquido aprovechado, la apertura de pozos y el monto que pagan al país por la apropiación de un bien vital de dominio público, de valor social, económico y ambiental, como se establece en la Ley de Aguas Nacionales.
Vale mencionar que el líquido se extrae de los acuíferos más importantes del país localizados en el Eje Neovolcánico Transversal; 40 de éstos se identifican en la región del Balsas, de los cuales 16 se encuentran en el Alto Balsas donde se localizan los manantiales apropiados por Nestlé, y que son para el estado de Puebla fundamentales, ya que las fuentes superficiales son escasas y de reducido volumen o se encuentran totalmente aprovechadas. Este dato es significativo, toda vez que los crecientes conflictos y la disputa por el líquido se centran en el espacio geográfico del área del Izta-Popo.
La relevancia del espacio socio-natural que habitan las comunidades rurales y sus ejidos de Tlahuapan está asociada a los recursos hidrológicos estratégicos que posee la Sierra Nevada, lo que le confiere un papel destacado para la región más densamente poblada de la República. Estos excepcionales recursos hídricos nacen en la Iztaccíhuatl y el Popocatépetl, principalmente por el deshielo de los glaciares y la precipitación pluvial abundante, por arriba de los mil milímetros promedio anuales. Las corrientes superficiales son abundantes durante la época lluviosa y producen una gran filtración de agua que alimenta las corrientes subterráneas; así, los ecosistemas efectúan los procesos que permiten la recarga de acuíferos que abastecen buena parte de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, del Valle de Chalco, del Valle de Puebla-Tlaxcala y del Valle Cuautla- Cuernavaca (Parque Izta-Popo, 2008).
En este lugar de enorme relevancia hídrica están emplazados los territorios campesinos de los ejidos forestales de Tlahuapan que, mediante el manejo de sus bosques, en un sitio cabecera de cuenca, son considerados “(…) lugares clave como ‘fábricas’ de agua para el resto de los ecosistemas y para la sociedad (…), en los que la captación de agua no depende sólo de la simple precipitación sino del manejo (…) campesino de bosques y suelos, del que depende que en estas regiones se favorezca la evaporación, infiltración y el escurrimiento (Eckart Boege, 2008). No obstante, sus comunidades enfrentan una insuficiente disponibilidad de agua por la decretada veda permanente, pero se privilegia el suministro del agua sobre todo para las ciudades, en particular de Puebla y San Martín Texmelucan, para las embotelladoras de la región y para empresas como la automotriz Volkswagen.
Nestlé posee manantiales que pertenecieron a la empresa mexicana Agua Santa María y probablemente ha perforado pozos en la misma zona. En 2007, el consorcio obtuvo del gobierno federal una nueva concesión en la comunidad de Santa Cruz Otlatla del municipio de Tlahuapan, donde radica la planta de Nestlé, para incrementar la extracción de agua del acuífero. Con la nueva concesión, de acuerdo con una interpretación micro hidrológica del especialista César Solís Gómez, basado en los datos oficiales del Registro Público de Derechos de Agua (Repda), se infiere que sólo con este último manantial de un volumen de 500 mil metros cúbicos al año, se pudieran regar alrededor de diez mil hectáreas o abastecer de agua potable a diez mil habitantes, una cuarta parte de la población total del municipio de Tlahuapan.
Más allá del derecho humano al agua, estos escenarios, tensiones y conflictos se producen por las políticas de acceso, de abasto y de control y por acciones de privatización del agua que condicionan a las sociedades rurales que ven reducidas sus posibilidades de servirse del agua para el desarrollo comunitario y consumo familiar, dada la lógica que concibe el agua como un bien económico para las empresas privadas y multinacionales y genera una desigual distribución de privilegio para las ciudades y descobijo al campo.
De esta manera, se ha propiciado un contexto tirante y de resistencias por la accesibilidad, distribución, control, explotación y privatización del agua, que produce diversas manifestaciones y estrategias locales, así como reacciones como la que expresó con disgusto don Vicente García Guzmán, ex tesorero del comisariado ejidal de Santa Cruz Moxolahuac: “Si producimos agua, las comunidades de abajo nos deben de pagar. ¿Por qué a ellos sí les dan permisos para abrir pozos y a nosotros, que producimos el agua, no? El agua nace en la comunidad y ahora ¡ya no se tienen derechos! ¡Necesitamos agua (…) urge para nuestra población! Los beneficiados son los de abajo. Aquí trabajamos y allá ¿que hacen? Aquí no quieren que perforemos un pozo. ¿Quién hizo la veda del agua?”
Estos hechos también han propiciado en la región de Puebla y Tlaxcala diversas movilizaciones, por lo que se constituyó el frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y Agua Puebla–Tlaxcala.
Así, en este territorio sociohistórico descubrimos por un lado, conflictos y fisuras comunitarias e intercomunitarias por obtener el agua de los manantiales locales, y por el otro, “(…) hasta la lucha por el control del agua, que se debate entre las tendencias privatizadoras del manejo desde la cuenca, manantiales, infraestructura y venta del líquido” (Boege, 2008).
Los considerables fenómenos hídricos en el planeta vislumbran un momento histórico de crisis del agua enlazado con las maneras como el ser humano se ha relacionado con el entorno natural, en particular con el proceso económico de degradación de la naturaleza. Así, el mundo enfrenta problemas críticos de escasez por contaminación no sólo de agua sino de aire, por sobreexplotación, así como pérdida de suelos, efecto invernadero, alteraciones climáticas, entre otros. Todos estos son indicios de los límites a los que ha conducido el modelo de apropiación depredadora de la naturaleza. Es un sistema, el capitalista, que omite la determinación mutua entre el ser humano y la naturaleza, y se expande sin límites en busca de mayores utilidades y acumulación de capital por encima de los ciclos y ritmos de los recursos naturales como son los bosques o el agua.
Alejandra Meza Velarde
http://www.jornada.unam.mx/2011/01/15/agricultura.html

Campaña contra la europa del capital, la guerra y sus crisis. Por la solidaridad entre los pueblos

Spot producido por Enlazando Alternativas sobre las políticas aplicadas por la Unión Europea como parte de la campaña contra la Europa del capital, la guerra y sus crisis; por la solidaridad entre los pueblos. Más contenidos en attac.tv
Visita enlazandoalternativas.org
hablamosdeeuropa.org
Realizado por La Antena SCV.

Somos lo que jugamos

Transcribo este texto, publicado por Gustavo Duch (Co-director de la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas). Me ha parecido muy interesante el juego de palabras "somos lo que jugamos, somos lo que comemos" y el reflejo de la sabiduría popular del presente artículo.

El Correo, 10 de Enero. Gustavo Duch
Llevaba tiempo observándoles. Llegaban por la noche arrastrando cada uno de ellos un carrito con las conquistas del día: ropa usada, pedazos de electrodomésticos inservibles y otras cosas desechadas. Bajo las uralitas del antiguo almacén encendían fuego en un bidón… y empezaban a jugar. El tablero de juego consistía en ocho envases de yogur entre cosidos en línea y otros ocho igual, enfrentados, que a velocidad de vértigo llenaban y vaciaban con garbanzos secos. Perdí la timidez y les pregunté -y me explicaron- que jugaban al Awalé. Busqué información. Tres inmigrantes: dos africanos y un asiático, sabían jugar al juego más jugado en el mundo, el Manqala y en particular a su modalidad del Awalé. Parece que los primeros Manqalas datan del siglo VII, después de Cristo, y han sido localizados en la zona del Golfo de Guinea. Desde allí el juego se extendió por toda África y hoy son muchas las variaciones del juego, lo que se explica por una trasmisión del juego oral, sin instrucciones fijas, de tribu a tribu.
 Biodiversión frente a monodiversión.

Fueron los comerciantes árabes que frecuentaban la costa oeste africana quienes introdujeron los Manqala en el Oriente Medio y de allí, siguiendo las rutas comerciales, se expandió por toda Asia. Con los ‘mercados de esclavos’ llegó también a las costas americanas. El juego ganó rápidamente muchos adeptos porque «obliga a pensar», me decían. Se sabe que los guerreros de Ghana jugaban al Awalé justo antes de ir a la guerra para poner a prueba su inteligencia y sus habilidades mentales. Y si su rey moría, organizaban unas partidas de Awalé, quien ganara acababa siendo el sucesor. Ejércitos y Monarquías intelectuales. Incluso hay quien dice que con esos tableros se iniciaron sistemas contables. ¿Lo copió Gates para sus hojas de cálculo?

Los instrumentos para jugar son sencillos y en las familias africanas es fácil encontrarse con Awalés hechos por ellas mismas: un trozo de madera excavado y semillas recolectadas. O mis amigos, con una versión reciclada. Juegos irrompibles, sin baterías ni cables. El objetivo del juego es ir recolectando las semillas que nosotros mismos hemos ido sembrando en los pocillos y acabar -claro- con el saco más grande que tu contrincante. Para jugar, una cosa previa es importante, disponer de todas las 64 fichas iguales. Garbanzos o cualquier clase de semillas que no puedan diferenciarse -no hay blancas y negras- y así no pertenecen a ningún jugador. Saben, como gentes que son del campo, que «las semillas son de quien las necesita» Prohibición pues de las patentes de semillas y de las semillas transgénicas.
La estrategia de juego es clara: «Sembrar como es debido si se quiere cosechar como es debido» pero respetando dos normas sagradas. Primero, «no se puede eliminar al adversario» pues si así fuera también se destruiría la tierra que él cultiva. Quien lo hiciera por error, perdería la partida. «Quien destruye la tierra donde cosecha, no podrá cosechar nunca más» dicen los jugadores de Awalé interpelando directamente a la agroindustria, que parece no saber nada de sostenibilidad. Segundo, «no se puede dejar pasar hambre al adversario». Si nuestro rival se queda sin semillas, debemos ceder de las nuestras para que pueda seguir jugando. ¿Solidaridad o hermandad? ‘Te la como y cuento veinte’. ‘Jaque mate’. ‘Vaya a la Cárcel y si quiere quedar libre pague a la Caja 50euros’… y otras expresiones son habituales en nuestros juegos de mesa. Blancas contra negras; quien antes llega, gana; quien más dinero acumula gana… podrían ser espejos de racismo, apresuramiento o acaparamiento, comportamientos que se podrían encasillar -pues de juegos hablamos- como propios de un modelo de vida capitalista.
El Awalé, me dicen junto al fuego, se aprende en menos de cinco minutos. Un buen método para recuperar actitudes de convivencia, respeto, solidaridad y -cómo no- risas y diversión. Sin diversión no hay revolución.