La UE da luz verde a los transgénicos no autorizados en nuestros platos

Si un transgénico no está aprobado en Europa y llega en un barco procedente de Argentina o de EEUU, ¿qué creéis que pasa? Entendemos que si no está aprobado, por precaución se le denegaría la entrada, ¿no? Pues al parecer va a ser que a partir de ahora, no.

La Unión Europea permitirá que cultivos transgénicos no aprobados entren en la cadena alimentaria a través de los alimentos derivados de animales (huevos, leche, carne, etc.); ayer los representantes de los estados miembros (el denominado Comité Permanente de la Cadena Alimentaria) votaron una propuesta de la Comisión Europea a través de la cual se elimina la  “tolerancia cero” a estos transgénicos no autorizados, lo cual supone que los  piensos serán contaminados con transgénicos no autorizados. ¡Eso sí que se llama tolerancia … pero a los transgénicos no autorizados!.

Hasta ahora, cualquier barco contaminado con cultivos transgénicos no autorizados no entraba al mercado europeo. Las nuevas normas adoptadas ayer, que entrarán en vigor este verano, permitirán hasta 0,1% de  contaminación por estos transgénicos no evaluados. Como Francia y otros países no lo veían muy claro, la propuesta inicial fue “mejorada” de la manera siguiente: aquellos transgénicos que lleven 3 meses pendientes de autorización se dejarán pasar … a pesar de que es altamente probable que posteriormente no sean autorizados.

Europa importa inmensas cantidades de piensos procedentes de Estados Unidos, Brasil y Argentina, donde se produce el 80% de los cultivos transgénicos a nivel mundial.

Ya sabíamos y confirmamos a través de los cables de Wikileaks que los gobiernos europeos están bajo la presión de Estados Unidos y de la industria de los piensos para animales para que la normativa se debilite y permita la entrada de más transgénicos al mercado.

La industria de los piensos afirma que mantener la tolerancia cero en la contaminación de transgénicos daría lugar a escasez de piensos animales. Pero las estadísticas europeas muestran que los casos de contaminación en barcos son extremadamente raros. Desde mediados de septiembre de 2009, ningún barco de soja, el mayor ingrediente de importación en la alimentación animal, se rechazó en las fronteras europeas debido a contaminación por cultivos transgénicos no autorizados.

Si la seguridad de un cultivo transgénico no ha sido  evaluada,  Europa no debería autorizar su entrada. El establecer un umbral, por mínimo que sea, es una señal clara de que Europa está perdiendo el control de la producción de alimentos para complacer las exportaciones americanas. El peligro ahora es que los países europeos están bajo presión del lobby pro-transgénico para que también se permita la contaminación de alimentos de consumo directo para las personas.

Juan F. Carrasco y Mónica Parrilla, campaña de Transgénicos de Greenpeace


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